En los últimos años factores como el cambio climático, la contaminación y la falta de reposo de la tierra de cultivo, están provocando plagas más resistentes y difíciles de tratar, una buena solución para tratar las plagas es el control biológico. Pero, ¿Qué es el control biológico?
El control biológico consiste en regular las plagas mediante otros organismos, llamados enemigos naturales, los cuales se alimentan de las plagas disminuyéndolas y en algunos casos erradicándolas.
Nos sirven de ejemplo los invernaderos ya que un alto porcentaje de control de plagas se basa en estos métodos.
VENTAJAS:
- El control natural de las plagas es muy específico y eficaz para controlar un determinado tipo de plaga, ya que no producen efectos colaterales a organismos ni plantas.
- El desarrollo de resistencias a la solución es mucho menor que con el uso de químicos, ya que, las plagas no pueden desarrollar resistencias a sus depredadores naturales.
- La relación entre los costes y el beneficio que aportan es muy favorable, una vez liberados el mantenimiento es escaso.
- Prevé la utilización de bioquímicos que puedan perjudicar la salud del agricultor y de las plantas si se usan en exceso.
- No son contaminantes, no dejan residuos ni en el suelo ni en el cultivo. Tampoco produce problemas por su toxicidad.
DESVENTAJAS:
- Sus efectos son más lentos que con otros métodos, ya que la población de enemigos tiene que desarrollarse y asentarse. Si la población de la plaga es de gran tamaño, los enemigos naturales aumentan ya que se alimentan de ellas. Pero cuando los enemigos naturales disminuyen la plaga crece. Se crea un equilibrio entre ambas poblaciones lo que hace que el método sea más sostenible.
- Hay que tener altos conocimientos de plagas y enemigos naturales, para prever cuándo se va a instalar la plaga, y así asentar cuanto antes los enemigos naturales.
- Aunque el mantenimiento sea poco, requiere un seguimiento exhaustivo de la evolución de la plaga y el enemigo natural para saber si el tratamiento está siendo efectivo o no.
PRINCIPALES METODOS:
- Método clásico:
Consiste en introducir un enemigo natural para la erradicación y control de la plaga a largo plazo.
- Método de inoculación:
El método promueve la introducción periódica de estos enemigos naturales en cantidades pequeñas, así serán capaces de controlar la plaga y reproducirse con el fin de controlarla a corto plazo y poder erradicarla a largo.
- Método de inundación:
Se insertan un gran número de enemigos naturales y sus crías, para que estos encuentren y eliminen una alta proporción de la plaga, antes de que estos enemigos naturales se vuelvan inactivos. El éxito de este método depende de la eficiencia de los enemigos naturales liberados.
- Método de conservación:
Consiste en modificar el ambiente con el fin de proteger y fomentar la existencia de enemigos naturales. Es un método seguro como método preventivo. Es más largo, poco práctico y difícil para soluciones rápidas.
Para cualquiera de los métodos, se recomienda utilizar franjas sembradas con gramíneas o plantas perennes, con el fin de proporcionar un hábitat a los enemigos naturales que se alimentan de las plagas.